miércoles, 11 de mayo de 2005

Tintín

Hace mucho tiempo que no escribo nada, ya ni me acuerdo de cuando fue la última vez, la verdad, pero hoy ha sido un día de esos en los que al llegar a casa después de una dura jornada, además de quitarme zapatos, cinturón, vaqueros, gallumbos y camisa, ponerme cómodo y cenar cuatro cosas medio caducadas que me quedaban en la nevera poco me apetecía hacer más antes de acostarme y realmente mucho más esta personita podría dar de sí.

A esto le sumo el hecho de que me duele vagamente la cabeza, me pica el ojo derecho -claro síntoma del estress que a diario padezco- y tan siquiera tengo fuerzas para levantarme de la silla en la que me encuentro sentado frente al ordenador, para darle nuevamente al "play" del aparato de música y así poder volver a escuchar por enésima vez las pistas del unico disco de música que, desde hace algo más de un año, escucho todos los días sin parar -Se trata del album "Eco" de Jorge Drexler-.

Durante la semana pasada casé a mi mejor amigo fuera de España. Para más detalles la ceremonia y el banquete tuvieron lugar en un precioso pueblecito de Inglaterra -he de avanzar que a mi cualquier lugar de inglaterra me parece precioso- y mentiría si no contara que me emocioné en muchos de los momentos que viví allí durante todo el fin de semana y los cuatro días precedentes que en Londres y Brighton con un buen amigo pasé.

La verdad es que aunque no tenga ni repajolera idea del idioma -no se si algún día seré capaz de hablarlo y entenderlo minimamente- en los últimos años he tenido la suerte de viajar varias veces a Inglaterra en las que me han pasado cosas tan especiales que estoy seguro jamás olvidaré a lo largo de todo lo que me queda de vida.

El recuerdo de los momentos vividos anteriormente en la isla británica me predisponía en este último viaje a la emoción aunque el hecho de que se casara mi mejor amigo ha sido en esta ocasión el motivo principal.

La recepción por la noche el día anterior a la boda, el momento de la entrada de la novia en la abadía -que estaba realmente guapíiiiiisima-, el instante en el que dos personas que se quieren decían "sí quiero" y sobre todo que esas personas fueran personas a las que quiero yo.

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