domingo, 26 de febrero de 2006

Y... llegó la nieve y lo inundó todo





Pues nada que así es como he encontrado mi coche al ir a montarme en él para ir prontito por la mañana a hacer deporte al polideportivo. Y es que ayer me acosté pronto y la verdad es que al estar todo el día 'hibernando' -encerrado estudiando, leyendo y vagueando, pero en casa- no me enteré de lo sucedido en la calle durante la tarde-noche.

Por la tarde estudiando y por la noche durmiendo como un angelito, de tal modo que hoy, cuando me despertaba y me dirigía a la ventana para subir el estor y que entrara la luz de la mañana no podía ni imaginarme lo que estaba viendo. Los ojos borrosos pero el sol se reflejaba perfectamente en el color blanco de la nieve que completamente había cuajado sobre la acera, los coches, los tejadillos y las catalanas de las ventanas. En fin ha sido una experiencia agradable, que hacía tiempo que no vivía, y así es como me he despertado hoy.


En mi recorrido hacia el polidepotivo, desde el coche, he podido observar escenas bucólicas, como la de los barrenderos del ayuntamiento que estaban quitando a palazos la nieve de la carretera, la de varios vecinos quitando con la escoba -o con lo que podían- la nieve que se había acumulado a la entrada de sus garajes, o la de niños en el parque que no habían desaprovechado la oportunidad para construir su muñeco -eso sí con bufanda y gorro incluido-.



Todo ha amanecido blanco: los coches, los toldos, las rotondas, las laderas, los tejados, todo se veía completamente nevadito... Y es curioso como cambia el paisaje sólo porque el agua haya caido sobre la superficie terrestre en forma solidificada, se haya posado y haya cuajado sobre los elementos creando una manta blanca y transformando, por un momento, el color con el que estamos acostubrados a asociar la cosas que vemos en nuestros 'paisajes cotidianos'.


Es como la vida, si cambiamos el color o el matiz con el que miramos a los demás, a nosotros mismos, a los hechos y a las cosas, si miramos con otros ojos determinadas cosas que estamos acostumbrados a ver siempre de la misma forma, quizas podamos ampliar nuestra mente y conocer o descubrir nuevos puntos de vista o cosas nuevas que antes jamás hubieramos pensado.