domingo, 29 de mayo de 2011

La tecnología es un virus para el sistema social



Una de las asambleas celebradas en los diferentes barrios de Madrid el pasado 28 de mayo de 2011


No ha transcurrido ni una década desde el surgimiento de los primeros blogs personales que se crearon a finales de los noventa y primeros de los 2000 (en España los primeros surgieron en el periodo comprendido entre 2003 y 2004) y parece que las primeras explicaciones que se dieron acerca del nuevo modelo informativo estan totalmente superadas.


Si echamos la vista atrás, los periodistas mostraron indiferencia -sólo algunos cierto recelo y muy pocos miedo- ante el hecho de que por primera vez algunos lectores, telespectadores y oyentes pudieran saltar la barrera que les separaba de los medios oficiales de comunicación, ya no sólo para para dar su opinión a través de las páginas de "cartas al director" de los periódicos, en tertulias radiofónicas y de televisión o participar en concursos televisivos, sino produciendo sin apenas recursos contenidos en blogs y periódicos "ciudadanos" que empezaban a tener seguidores e incluso potencial para competir directamente con los medios tradicionales -diría yo oficiales- de comunicación.

Lo que estaba ocurriendo es que a partir de entonces otros ciudadanos, no legitimados como periodistas, entraban a competir con estos como "productores de información social", y lo empezaban a hacer con la misma apariencia, formato y eficiencia que la que han tenido en exclusiva, hasta ahora, los productores oficiales de información.

Era el anuncio de una verdadera revolución social que en realidad a día de hoy no ha hecho nada más que empezar pero que bajo mi punto de vista no sólo va a afectar al sistema de medios de comunicación social; sino que va a afectar a otros sistemas de la sociedad y de hecho ya está afectando, como por ejempo al sistema de representación política en la sociedad, lo queramos ver o no.

Hasta ese momento eran sólo unos pocos -empresas informativas, periodistas, políticos, intelectuales oficiales- los que tenían unas características muy concretas que los convertían en profesionales de la información, y tenían la legitimidad de la sociead como productores del sistema de comunicacion social. Ellos y sólo ellos tenían la función social de ofrecer información al ciudadano para ser libre y capaz de gobernarse a si mismo, desenvolviéndose en sociedad. Un modelo, nos guste o no, de arriba abajo, participativo sí, pero muy poco.

Entoces la llegada de las nuevas tecnologías, de los blogs y ahora de las redes sociales (los linkedin, los facebook, los tuentys y los twitters) cualquiera puede desde su casa, a través del ordenador, generar contenidos informativos que estén legitimados previamente o se legitiman o no en función del público que los lee. Muchos manifiestan que es preferible entender la producción social como información ciudadana antes que periodismo ciudadano.

En un primer momento sólamente se podían escribir textos, ya fueran informativos u opinativos. Posteriormente con la expansión de las cámaras digitales compactas se empezaron a publicar fotos, después videos. La sofisticación de los teléfonos móviles ha traído la posibilidad a cualquier persona de emitir información en tiempo real desde cualquier lugar del mundo, a través de cualquier formato ya sea textual, hipertextual o multimedia.

Pero el hecho de que se haya roto la barrera entre el productor oficial de información y el nuevo productor de información no sólo ha afectado al hábito de consumir información sino a la manera de consumirlos. Hay un nuevo paradigma informativo al que se han tenido o se están teniendo que acomodar las empresas de producción social de información. Hay muchas implicaciones organizativas, productivas y de modelo de negocio en el nuevo sistema de medios de comunicación social.

Lo queramos reconocer o no las fechas 15, May'2011 y 14, Mar'2004 se han convertido en pruebas evidentes de que las nuevas tecnologías no sólo van a suponer una revolución del sistema de mdios de comunicación social sino que va a hacer tambalear el sistema social en su conjunto. Son ya hechos históricos y prueba de que la historia ya no la escriben unos pocos -o los mismos- sino que es responsabilidad de todos.

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